Los adolescentes han adquirido destrezas y cualidades que van más allá de aprender vocablos o tiempos verbales en una clase de LE/L2. Ser parte de la sociedad del conocimiento y la información (Castell, 1999), de la tecnología, del empoderamiento y la participación (Juan-Lázaro y Área Moreira, 2022) les exige la puesta en acción de otras habilidades como la empatía, la innovación, la creatividad, la colaboración como también el empleo transformador de las aplicaciones y herramientas digitales, ya sea en el ámbito educativo como laboral en un futuro no tan lejano.
Por ende, el docente precisa encontrar soluciones para "compaginar" la enseñanza de español con las necesidades y problemas complejos que caracterizan el mundo interconectado de los estudiantes (OECI, 2017). Es decir, desarrollar un enfoque pedagógico inclusivo, divergente e intercultural que tenga en cuenta el cómo y cuándo el alumnado se apropia del conocimiento en un entorno cada vez más gaseoso. (Royo, A. 2017)
El panorama descrito genera la intersección entre los contenidos léxico-gramaticales, una ecología didáctica multisensorial y la literacidad múltiple (Cassany, 2006) como piezas sensibles a la realidad del aula. A su vez, implica un mosaico variopinto de actividades que incluyan el dentro y fuera del aula y la gestión adecuada de los grupos para construir el saber personalizado y/o colectivo.
A nivel didáctico, como hemos descrito en otras entradas, se trata de diseñar guías de trabajo multifacéticas que integren formatos textuales diversos. Los audiovisuales breves, los memes, los podcasts, las canciones, los microrrelatos, los dioramas, los servicios de las redes sociales como el uso de los mecanismos de la inteligencia artificial son muestras auténticas de lengua para desarrollar el léxico y el discurso en sus diferentes registros y, por ende, la competencia lingüística y sociopragmática.
ELE para adolescentes exige una visión multifacética para captar el interés de los jóvenes estudiantes en un mundo hiperconectado donde la cultura y la tecnología se entrelazan de manera indisoluble.
El docente puede apropiarse de la riqueza de la realidad hispana como un puente hacia el aprendizaje lingüístico incorporando elementos como la música, el cine, el arte o la literatura, expandiendo las fronteras del manual e integrando el vasto ecosistema de herramientas y plataformas virtuales desde una perspectiva de inmersión lingüística y cultura participativa.
Incorporar publicaciones digitales de calidad, con textos cuidados pero auténticos, actuales y relevantes para el aprendizaje de la lengua, el saber ser y hacer del estudiante, el desarrollo de la de conciencia cultural como el pensamiento crítico son pilares que permiten respetar los estilos de aprendizaje y potenciar la construcción de saberes.
No obstante, el lenguaje no puede comprenderse solo como un conjunto de palabras. Más allá del vocabulario y trama presente y/o ausente en un texto escrito, visual o audiovisual es imprescindible realizar la correspondiente tarea de comprensión "lectora", sobre todo porque leemos de distinta forma cada texto, interpretamos su contenido a partir de las experiencias personales y transmitimos el mensaje según el contexto, tiempo y espacio de lectura. Sumado a esta acción, es necesario ofrecer actividades holísticas, innovadoras y significativas que integren contenidos atendiendo formato de clase y composición del grupo-aula.
I Imágenes de una guía didáctica Sin Fronteras, de Punto y Coma y de ProfedeELE para adolescentes
El secreto sería abrir la puerta hacia la alfabetismo multimodal como eje para la construcción del conocimiento y las habilidades cruciales para el siglo XXI.
Por otro lado, valerse de los mecanismos de inteligencia artificial generativa abre nuevas posibilidades para personalizar el aprendizaje y ofrecen prácticas lingüísticas adaptadas a las necesidades e intereses del público meta.
Tener en cuenta la dieta mediática (Scolari, 2019) de los estudiantes y su participación en las redes sociales como ámbitos “reales” de
comunicación, facilita, además, la creación de un perfil social, la accesibilidad a centros de interés y como regalo, la competencia cultural.
En concreto, diseñar actividades que permitan
a los estudiantes comparar y contrastar aspectos culturales entre la L1 y la LE/L2 e incluso interactuar con hablantes nativos, autores y artistas conocidos, ya sea mediante la lectura de un artículo, invitándolo en forma presencial a una actividad de clase o a través de videollamadas.
Ante esta propuesta, los profesores y profesoras de español en distintos contextos y ámbitos educativos, precisamos acercarnos a los contenidos y su didáctica con "ojos grandes", buscando crear para y con los adolescentes, capacitarnos y buscar materiales adecuados que nos acompañen en esta increíble aventura que significa trabajar con este público.
Para ir cerrando, cabe mencionar, que el engranaje entre el dentro y fuera de la clase, entre lo virtual y lo analógico, entre lo cognitivo y lo afectivo, social o personal, constituye el escenario propicio para desarrollar la competencia comunicativa, transcultural y plurilingüe de nuestros estudiantes.
Para acceder a más ideas y materiales te recomendamos:
Referencias:
Cassany, Daniel, (2006) Tras las líneas. Sobre la lectura contemporánea. Anagrama, Barcelona.
Castells, Manuel (1999) La Era de la Información: Economía, Sociedad y Cultura: La sociedad Red, México, Siglo XXI.
Fritzler, Marcela (2019) En Búsqueda de la competencia crítica en el aula. Narrativa transmedia aplicada a la enseñanza de LE. Mundos del hispanismo, una cartografía para el siglo XXI : AIH Jerusalén 2019
Juan-Lázaro, O., y Área Moreira, M. (2022). Autorregulación en e-learning con insignias y e-portfolios: investigación de diseño. Campus Virtuales, 11
Royo, A. (2017). La sociedad gaseosa . Plataforma.
Scolari, Carlos y Rapa, Fernando (2019). Media Evolution. Sobre el origen de las especies mediáticas. Buenos Aires: La Marca Editora
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