El 9 de abril a las 22 hs. nos reunimos para conversar un grupo de profesores en mi cuarto de trabajo, frente a mi biblioteca y con mis libros como testigos silenciosos.

Será " un Café Todoele, un encuentro informal entre colegas para conversar sobre un tema de interés común durante un tiempo indeterminado", nos había anticipado Sergio Reyes Angona, su creador.

Y esa noche nos reunimos Lisi Barros, Julieta Kriger, María Pisonero, Paulino Brener, Sergio y yo, como anfitriona.

Puntos distantes del planeta con un único objetivo: platicar, charlar, como prefieran.

Mi papel me sonaba raro, pero me gustaba. Era como recibir unos amigos en casa, para tomar un café (por cuestiones de tiempo, sin torta) y conversar sobre... lo que nos gustara.

En esta ocasión hablamos de la enseñanza del español para niños, del profesor y su tarea, de las actividades, de ellos, nuestro público en las clases.

No hubo un guión de mesa redonda ni un moderador estricto, sólo fuimos compartiendo dudas e intercambiando ideas.

Una hora y media, que pasó como en la mejor mesa de un café, entre risas, bromas, puntos para reflexionar y sobre todo, ganas de crecer juntos.

Y como podrán escuchar en el que Sergio nos ha editado, la idea es que estos encuentros sirvan para conocernos, para saber que piensa o hace el otro, para difundir contenidos, por y para todos los profesores o futuros profesores de ELE que deseen ser parte de una comunidad de práctica y aprendizaje mutuo, como he pensado en llamarla.

Quedan todos invitados...

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