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Marcela Fritzler

De Platón a nuestros días

Actualizado: 17 dic 2021


Recorrer librerías, leer un prólogo o escuchar una esmerada recomendación, pueden convertir un libro en el mejor regalo, de esos que te acompañan por mucho tiempo o quizás toda la vida.

Nada más acertado para presentarles un libro, uno de esos regalos que la vida te acerca, que leerlo te invita a pensar, te hace comprender y crecer.

"Abrir un nuevo libro se parece mucho a comtemplar un cuadro por primera vez. el lector elige un título, escudriña la cubierta, ojea la contraportada, abre la primera página y empieza a deslizarse a través de un universo desconocido. Al igual que un observador entra a un museo, descubre un lienzo, lee cómo se tiutla en un cartel explicativo, se pone a contemplaar el cuadro, se sumerge en un mundo desconocido..."



Este es el primer párrafo de Pequeñas historias de banquetes, en cuyas páginas me perdí lentamente y con gusto. Sin ningún ánimo de pasarme de crítica literaria, sentir que una lectura lo transporta a mundos que siendo lejanos en tiempo y en circunstancias, se convierten en vivencias cercanas por la verdad que encierran y por la sabiduria que trasnmiten, es una obligación decirlo, compartirlo.

Es el mismo título, Pequeñas historias de banquetes, que me llama a la reflexión, porque compartir ideas y pensamientos, entre amigos o enemigos, en compañía de una buena comida y una copa de vino, permite "aventurar que la comunicación cara a cara y las relaciones humanas entre personas no se ha perdido del todo" en el enjambre tecnológico vivido a diario. En otras palabras, "esta costumbre es el contrapeso perfecto al fantasma de la incomunicación..."

Gracias Matilde por regalarme este libro, fuente de buenos textos y hacerme presente la obra de Platón, El Banquete.

Cuán importante es recordar en nuestros tiempos que de sus discursos surge la expresión "el amor platónico , entendido como el verdadero fundamento de la amistad y símbolo de la pureza en su grado máximo."

Gracias Marta Gómez Mata y Félix Rabal Queixalós, por haber llevado al papel los sueños, por materializar la antigua sentencia "in vino veritas" y abrirnos a "la ventana al mundo de los banquetes como escenario de convivencia y conocimiento".


La invitación a descubrir esta lectura sentida y pensada, está hecha. "El banquete como espacio de convivencia y conocimiento continúa elevando su voz cada día. Solo basta convocar a unas cuantas personas, descorchar una botella de vino y empezar a charlar."

¿Qué más se puede pedir?...


Sí, más libros.

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¡Qué disfrutes de la buena lectura!

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